La construcción del nuevo puente Bella Unión, que une San Martín de Porres con Lima Cercado, fue una de las promesas de campaña de Luis Castañeda Lossio. Según ofreció, la obra debió empezar en marzo del 2015 y estar lista en aproximadamente un año.
Sin embargo, han transcurrido 20 meses desde que asumió su tercer mandato como alcalde de Lima y más de un año desde que se iniciaron los trabajos en Bella Unión y no hay avances en la obra. Los trabajos, afirman los vecinos, están paralizados hace más de dos meses.
A inicios de julio último, este Diario constató que ningún obrero efectuaba trabajos en el puente Bella Unión. Los pocos que se encargaban de la vigilancia del proyecto desconocían los motivos de la paralización y se quejaban por la falta de empleo. Pese a las evidencias, en ese momento Castañeda negó los hechos y aseguró que las negociaciones con Sedapal se habían solucionado. Discrepancias con la empresa prestadora de servicio de agua habían paralizado los trabajos un mes antes.
“En los vecinos siempre habrá una insatisfacción o una molestia. Nadie dijo nada después de tres años de caído el puente y nadie lo puso. Ahora estamos haciendo un puente para el tránsito y que además dará valor a esa zona”, justificó en una entrevista a El Comercio.
Más de 40 días después, la obra sigue paralizada. Los vecinos expresan su malestar, pues el cierre de vías por la construcción del ‘by-pass’ Morales Duárez y del puente vehicular Bella Unión genera gran congestión vehicular y se registran constantes robos a transeúntes.
“Esto es un caos en las mañanas y muy peligroso por las noches, porque no hay serenazgo ni policías. La municipalidad ofreció una cosa y no cumple”, señala Yesenia Loayza, vecina de la zona.
—Nueva concesionaria—
En julio del 2015, Castañeda, incluyó en el proyecto Línea Amarilla las construcciones de un ‘by-pass’ en la avenida 28 de Julio, otro en Morales Duárez y el puente Bella Unión. Para ello anuló la ejecución del proyecto Río Verde y dos obras viales en la Vía Evitamiento. Hasta ese momento la construcción del nuevo puente y los dos viaductos estaba a cargo de Lamsac, subsidiaria en el Perú de la brasileña OAS.
El 5 de agosto último, el grupo francés Vinci firmó el acuerdo para la venta –por S/5.500 millones– de Lamsac y PEX, dos subsidiarias en Lima de la brasileña Inversiones y Participaciones en Infraestructura (Invepar), la cual reúne las inversiones de OAS. La firma francesa informó que la venta se completará tan pronto como se cumplan una serie de condiciones y que ello tardaría como máximo 90 días.
Fuentes de la nueva contratista informaron a El Comercio que una constructora nacional ejecutará las obras comprendidas en el proyecto Línea Amarilla. “Se planea empezar las obras [en Bella Unión] el 15 de setiembre”, afirmaron.
Julio César Castiglioni, abogado experto en temas municipales, indicó que, si bien se trata de un proyecto de inversión privada, la Municipalidad de Lima, entidad que otorgó la concesión por un plazo de 40 años, tiene el deber de controlar los plazos de ejecución y supervisar el cumplimiento del contrato.
“La Municipalidad de Lima está incumpliendo sus deberes. Puede incluso anular el contrato”, afirmó.
Este Diario intentó conocer las acciones de control que está ejerciendo la comuna en el puente Bella Unión pero esta no respondió.
Línea Amarilla es uno de los cinco megaproyectos del país que serán auditados por la contraloría.
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