A tener cuidado. La falta de seguridad cuando se edifica una construcción ya ha provocado muertes y mutilaciones entre albañiles que no estaban informados de los equipos de protección obligatorios para este tipo de trabajo.
El Ministerio de Trabajo tiene una estadística austera de paralizaciones de obras (67 el año pasado) y los municipios manejan sus propios datos de detenciones momentáneas.
De un momento a otro la tierra comenzó a temblar. Imaginó que era un terremoto. Un rugiente sonido hizo reaccionar a Richard Nina Paucará (30), pero no tuvo tiempo, ya era tarde para correr: un muro de concreto de 5 metros cayó contra él. Sintió que ese era su final.
Nina es el albañil protagonista de un drama en el 2007: perdió el brazo derecho al ser aplastado por el muro de una construcción informal en Gamarra. Lo increíble de su historia es que fue rescatado luego de pasar más de 6 horas enterrado vivo, suerte que no corrieron sus 8 compañeros, aprisionados por los bloques de cemento.
“Curiosamente ese día íbamos a empezar a levantar las columnas. Pero vino el dueño y dijo que quería un sótano más abajo”. Hasta ahí ya iban 2 sótanos (5 metros). “No sé si fue una suma de negligencias o quizá el destino. No lo sé”, expresó con tristeza Nina.
Recordó que un amigo, minutos antes del derrumbe, le sugirió que se cambiara de polo, ya que lo tenía sudado hasta las costuras. Le contestó: “Termino de levantar este poco de tierra y voy”. No pasaron ni 5 minutos y la pared se le vino encima.
Después de 6 horas y aún bajo los escombros, Nina sentía que la vida se le desvanecía. Las ganas de querer morirse se acrecentaron. “Empecé a desvariar. Veía a mi madre, a mi padre y a mis hermanos llorando sin consuelo viendo un ataúd. Allí, estaban velándome”.
A Richard Nina no se le informó que había implementos necesarios para trabajar en una construcción, como casco, guantes, botas, etc. Qué bases o soportes debían utilizar. Tampoco si la obra estaba en condiciones de cavar un sótano más.
Hoy en día muchos de los albañiles de construcciones informales no tienen conocimiento de lo que deben usar para estar a salvo de un derrumbe. Tampoco conocen las medidas de seguridad que deben tener las obras para que los obreros y los transeúntes que pasan por las afueras no se vean afectados.
PARALIZACIONES
A pesar de lo ocurrido con Nina Paucará, las empresas siguen sin tomar conciencia de las vidas que arriesgan si permanecen en la informalidad. Según el Ministerio del Trabajo y Promoción del Empleo (MTPE), en el 2012 se han producido en Lima 67 paralizaciones de obras informales a raíz de las quejas de vecinos y de los mismos obreros.
El MTPE ve todo el tema de la seguridad del trabajador. Por ejemplo, si este es explotado, si está trabajando de manera informal (por ejemplo, si no se encuentran en planilla).
Pero ¿qué responsabilidad tienen los municipios de Lima? Son los encargados de supervisar la obra. Por ejemplo, si se tiene el permiso para construir. O si los materiales y técnicas que se usan para hacerlo son las correctas. También si la obra cuenta con las medidas de seguridad para que los obreros o sus vecinos no se vean afectados.
Las municipalidades tienen sus propias estadísticas. En uno de los distritos con mayores edificaciones, San Isidro, señala Cristian Rosenthal, gerente de Fiscalización de la Municipalidad de la comuna, se paralizaron momentáneamente 95 obras que no cumplían con medidas adecuadas de seguridad. Luego, las deficiencias fueron subsanadas.
Hubo varias causas de paralizaciones, entre ellas porque variaban el proyecto, es decir, cambiaban lo que estaba estipulado en el plano. Otro motivo fue carecer de licencia de construcción. Y la última porque no contaban con las medidas de seguridad.
Otro distrito con varias obras, Miraflores, maneja su propia data. Informa que en lo que va del 2013 ocurrieron más de 100 paralizaciones momentáneas de obras de construcción, la mayoría por no respetar las normas de prevención e higiene. Además por no contar con licencia para ampliar, remodelar o demoler la construcción.
MUNICIPIOS NO FISCALIZAN
“70% de construcciones en Lima son informales, la mayoría en los conos. Esto se da porque los municipios no cumplen con su función de supervisar las construcciones. Se hacen los locos quizá por falta de dinero. Porque ¿cómo no se van a dar cuenta de que la obra no cumple con las medidas de seguridad?”, reclama el ex decano del Colegio de Ingenieros Javier Piqué del Pozo.
Agrega que no se debe esperar mucho para paralizar las construcciones que carecen de seguridad, sino ya no tendría mucho sentido. “Cuando ya se han construido 3 sótanos y no se ha anclado el muro al terreno, ¿acaso se va a deshacer todo para volver a empezar? Eso no tiene mucho sentido”.
MEDIDAS DE SEGURIDAD
El ingeniero civil de HV Contratistas SA, Fernando Orosco Benites, señala que para un sostenimiento de terreno, específicamente para el caso de excavaciones en sótanos, hay medidas básicas y más sostenidas que se deben tener en cuenta:
“Si solo es un sótano se utiliza calzaduras. Pero para profundidades mayores (de 2 sótanos a más) se debe utilizar una técnica más moderna llamada muros-pantalla, que no es otra cosa que un muro de concreto anclado al terreno mediante cables, tensado al terreno en su zona segura”.
Añade que un obrero debe poseer un adecuado equipo de protección personal (EPP), cascos, botas, uniforme, lentes, guantes, arnés, así como un orden y limpieza de carácter obligado al momento de laborar.
“Las instalaciones eléctricas en las construcciones que se levantan también constituyen un serio problema, por el riesgo que constituyen los cables sueltos e instalaciones precarias en las obras de construcción”.
Por otro lado, se debe exigir, comenta el ingeniero, la presencia de señalización e identificación de zonas de seguridad.
¿Y las construcciones? “Deben todas ellas contar con mallas de protección en adecuadas condiciones para amortiguar la posible caída de escombros, ladrillos y otros materiales en veredas o calles, lo cual es un riesgo permanente para los peatones y vehículos”.
OTROS CASOS
Los accidentes en obras de construcción son cada vez más comunes. Otro albañil de construcción civil que corrió la misma suerte que Nina es Luis Alberto Carrera Castro (30). Le amputaron su dos pies que quedaron aprisionados por un bloque de concreto. Este cayó cuando se derrumbó parte de una obra ilegal de Barrios Altos, donde laboraba.
Los bomberos, que casi todo el día intentaron sacarlo de la profunda zanja de cinco metros de profundidad, se dieron cuenta de que era imposible seguir excavando para retirar la tierra y bloques de concreto que lo cubrían hasta el cuello.
Hacerlo hubiera generado un nuevo derrumbe y de mayor magnitud. Es por eso que tuvieron que recurrir a un equipo de cirujanos, anestesiólogos y traumatólogos del hospital Dos de Mayo, para que lo intervengan en el hoyo donde se encontraba.
No había alternativa, solo amputándole las extremidades inferiores a la altura de los tobillos podían salvarle la vida.
La empresa que realizaba la construcción no contaba con licencia para construir. No le brindó a Carrera Castro el equipo necesario para trabajar de manera segura.
Si hubiera tenido un par de botas de hule, quizá hoy no estaría lamentando la pérdida de sus pies. Además no contaba con las medidas de seguridad que requiere un proyecto de construcción.
Luis Carrera y Richard Nina perdieron sus extremidades pero siguen vivos, realizando actividades como todos.
Los que no corrieron la misma suerte fueron los cuatro obreros sepultados en el 2008 en una obra de construcción en Miraflores.Luis Bocanegra Chauca, Jorge Luis Huapaya Serna, Floro Ricaldi Canchihuamán y Juan Lima Quispe quedaron atrapados bajo toneladas de piedras y concreto, justo en vísperas del Día del Trabajo .
Hace unos meses, en febrero de este año, Miguel Pianto López desapareció entre los escombros de una obra de construcción en Chorrillos donde trabajaba. Pianto dejó tres menores huérfanos. Cuando eso ocurrió, el presidente del Comité de Seguridad de Capeco, Christian Navarro, atinó a decir que “el boom inmobiliario genera falta de mano de obra y se tiene que contratar personal con poca experiencia que no toma las precauciones correspondientes”.
SIN RESPUESTA
Richard Nina ha denunciado a la empresa informal que le marcó la vida. Pero, pese a que su tragedia fue seguida por todo el país y a la gravedad del daño: hasta el día de hoy no ha sido indemnizado. Así como él, otros afectados han denunciado las malas prácticas de estas obras.
En el caso de las denuncias sobre seguridad y salud, en lo que va del 2013 a nivel nacional, el MTPE solo ha atendido 143 inspecciones.
Richard Nina, que era diestro, tuvo que aprender a hacer todo con la mano izquierda. Tuvo que aprender a atarse los zapatos, a abotonarse la camisa, y hasta a lavarse los dientes. Aprendió a volver a vivir.
INFORMALIDAD Y PELIGRO DE SISMO
¿Qué pasaría si ocurre un sismo y no se tienen las medidas de seguridad adecuadas en una edificio en construcción? Se producirían más caídas por resbalones (por no tener las botas adecuadas) y se podría sufrir impactos con elementos del edificio. Peor todavía si no se utiliza casco.
Trabajar en la informalidad es riesgoso. Y más porque las autoridades preparan a personas que trabajan en oficinas o colegios, pero no a los obreros que están en una construcción, en medio de andamios, zanjas, cornisas y que no cuentan con las medidas de seguridad.
En dichas construcciones, en caso se produzca un sismo, lo que puede impedir una efectiva evacuación son las montañas de arena, las veredas en mal estado y objetos esparcidos en las calles y las aceras.
EN CIFRAS
95 obras paralizó, de forma momentánea, la municipalidad de San Isidro, según su data.
70% de obras de construcción en Lima son informales.
143 quejas por no cumplir con la seguridad y salud en las obras de construcción fueron atendidas por el MTPE .
vía Peligro en las alturas: ¿obras que se construyen… o trampas mortales? | LaRepublica.pe.