Trece internos asesinaron a guardián del centro terapéutico Mi Buen Pastor, en San Juan de Lurigancho, para poder escapar. Local había sido clausurado varias veces por el municipio, pero seguía funcionando. En todo el país existen 450 establecimientos, en su mayoría informales.
La proliferación de centros terapéuticos para drogadictos que funcionan clandestinamente y no ofrecen ningún tipo de seguridad quedó en evidencia ayer a raíz de un horrendo crimen registrado en San Juan de Lurigancho. Trece internos de uno de estos albergues mataron a golpes al guardián, dejaron heridos a otros dos trabajadores y escaparon luego de saquear el local
El establecimiento en mención había sido clausurado varias veces por las autoridades ediles, no obstante, sus promotores decidieron seguir operando ilegalmente. Se rebelaron contra el municipio y no hicieron caso a las protestas de los mortificados vecinos, propiciando así la desgracia madrugada violenta A las tres de la madrugada, 13 de los 40 varones que estaban confinados contra su voluntad en el centro de rehabilitación Mi Buen Pastor se amotinaron y tomaron el local.
Los encargados de la guardianía, Javier Lonsoy de la Cruz (49), Jesús Arana Serpa y Jesús Revilla Chihuán fueron tomados como rehenes y sometidos a crueles torturas. Les propinaron sendas golpizas para obligarlos a entregar las llaves de los diversos pabellones y de la puerta principal.
Lonsoy de la Cruz llevó la peor parte. Lo estrangularon por negarse a colaborar. Sus compañeros, temiendo por sus vidas, terminaron cediendo.
El centro terapéutico se ubica en la avenida Canto Grande 3774 y está administrado por Ciro Paulino Vilca Cacha. Los amotinados se apoderaron de varios artefactos eléctricos como televisores plasma, reproductores de DVD, radios y generadores eléctricos portátiles. A las seis de la mañana escaparon con todo del lugar.
LOS PRÓFUGOS
Se sabe que la revuelta fue encabezada por el interno Richard Pérez Valdivia. Con él fugaron Cristian Jorge Vives, Jean Piere Luna Núñez, Jesús Matos Pérez, César Campos Tapia y Kenyo Ávalos Román.
También Alberto Ardiles Aliaga, Piere Panduro Velásquez, Fernando Távara Zevallos, Reny Galindo Vílchez, Elvis Tarazona Hurtado, Josh Cuba Pérez y Jorge Campos Marichi. La fiscalía de turno de San Juan de Lurigancho dispuso la búsqueda y captura de los fugitivos, por estar involucrados en los delitos de homicidio calificado y robo agravado. Hasta anoche la Policía no los había localizado, pese a los operativos realizados en diversos puntos del distrito citado y en otros lugares de Lima.
SIN CONTROL
Según la Dirección General de Salud de las Personas (DGSP) del Minsa, a nivel nacional funcionan 450 centros de rehabilitación privados, en su mayoría informales.
En San Juan de Lurigancho, donde ocurrió el homicidio y fuga de internos, hay 28 centros de rehabilitación, pero solo 7 cumplen con los requisitos formales. Los demás operan aprovechando vacíos legales en las normas que regulan el funcionamiento de este tipo de albergues.
En efecto, por tratarse de entidades privadas no pueden ser fiscalizadas sin su consentimiento por el Ministerio de Salud. Para eludir una posible intervención del Ministerio Público, quienes dirigen estos «negocios» los registran como comunidades cristianas sin fines de lucro.
Solo los municipios pueden clausurarlos por incumplir medidas de seguridad, pero, luego de ordenar el cierre, no cuentan con personal suficiente para hacer respetar la medida.
DATOS
El Minsa cuenta solo con 700 camas para atender a pacientes con adicción a las drogas y alcohol. Se estima que la población con este problema supera los 100 mil.
El 28 de enero del 2012 un incendio en el centro informal Cristo es Amor, de SJL, dejó 30 muertos.
vía La informalidad sigue reinando en centros de rehabilitación de Lima | LaRepublica.pe.