Las paredes pintadas de color amarillo pastel, las rejas nuevas y las calles limpias de basura son el nuevo paisaje urbano de esta zona. Nadie diría que estamos en medio de lo que llaman los Barracones del Callao. Un lugar donde la vida no valía nada, donde la gente vivía al filo del peligro, rodeados de madrigueras de sicarios, comercializadores de drogas y donde había un asesinato por semana. Hoy, la situación empieza a pintar diferente.
Todos los sábados más de 50 cadetes del cuartel policial de Puente Piedra invaden las aún peligrosas vías con rodillos y latas de pinturas, mientras que los vecinos sacan sus parlantes.
Al ritmo de salsas ‘bravas’ todos ponen manos a la obra. Los vecinos les invitan refrescos y bocaditos. «Las luces bajas, las paredes sucias y las calles rotas hacen que el niño crezca pensando que merece una vida mediocre, sin posibilidades», reflexiona la jefa de la comisaría de la Familia de los Barracones, Edith Espejo.
Aquí, donde apenas entraba la Policía, algo está cambiando. Se está buscando dejar atrás ese ambiente en el que reinaban las matanzas por las grescas de construcción civil, por las drogas y por las peleas entre barrios, por identidades de esquinas, y jefes que incitaban a los jóvenes a enfrentarse.
El último sábado, La República ingresó a los Barracones, zona donde los niños tenían que ocultarse para evitar las balas perdidas. «Cuando llegamos al Callao con el proyecto de sacar a los niños a la calle para que jueguen, fue pensando que ellos puedan confraternizar entre barrios y no convertirse en rivales”, comenta Carmen Oros, representante del Ministerio de la Mujer.
Y mientras los pequeños saltan en las veredas, también cuenta que antes las mamás tenían miedo de dejar a sus hijos, querían solo comida y juguetes, pero están entendiendo que sus hijos necesitan jugar.
Al seguir nuestro recorrido y transitar por zonas como Castilla, Cusco y Zuma junto a Edith Espejo, más de una persona con un historial delictivo se acerca a estrechar su mano y a pedirle ayuda por algún amigo o familiar detenido en alguna parte del país. Ella sonríe y le dice que los ayudará. Sin duda, se va ganando un espacio como promotora del proyecto de recuperación de la zona sur del Callao, que cuenta con más de 200 policías en el patrullaje, con el apoyo de 6 camionetas y 40 motorizados.
«Queremos un cambio. Para mi cumpleaños nadie me venía a visitar por temor a ser asaltados. Los vándalos asesinaban en otros barrios en la madrugada y tras amenazarnos se escondían en las casas… Queremos que ya no nos confundan con delincuentes», indicó la presidenta de una de las 15 juntas vecinales, Nelly Cortés Carrasco.
Al llegar a otra de las casas de la cuadra 3 de Cusco, Graciela Yzárraba, enfermera y madre de cinco pequeños, cuenta indignada cómo a la semana cuatro personas resultaban heridas por armas de fuego, y luego la Policía llegaba y rompía las puertas.
Ahora, aunque como parte del proyecto se comenzará a proyectar películas en espacios abiertos, además de realizarse exposiciones fotográficas, aún en cada esquina hay adultos que se resisten al cambio.
Pero la esperanza de recuperación crece en una zona marcada por la delincuencia. La Policía intenta recuperar la seguridad y confianza pérdida durante décadas. Una tarea que todos debemos apoyar.
Medidas que se toman para una mejor vida
En la zona sur del Callao se han implementado nuevos faros y cajas de agua, con el apoyo de Edelnor y otras grandes empresas que demuestran así su apoyo a la Policía.
Los agentes, a su vez, se han comprometido con los vecinos a retirar montículos de basura al enviar, todos los días, camiones recolectores a la zona. Además, en un terreno que antes sirvió como fumadero, se construirá una plataforma deportiva.
Como parte del cambio en el lugar, el Ministerio de Trabajo ha decidido otorgar 320 vacantes de trabajo, cifra que se elevará a 500 dentro de un mes, para formar a jóvenes en las carreras de electrónica, sistemas y albañilería.
El temido lugar, que todavía tiene un alto índice delictivo, cuenta en la actualidad con 550 viviendas, 4.500 familias y 12.889 habitantes, la mitad de ellos desempleados o sin profesión.
En cifras
320 vacantes de trabajo se ofrecerán a jóvenes del lugar.
12.889 personas habitan en la zona sur del Callao.
vía Una lenta y tenaz lucha por cambiar el rostro de los Barracones | LaRepublica.pe.