Los niveles de autoconstrucción, favorecidos por la informalidad, son alarmantes en Lima, llegando al 40 por ciento en promedio y a un 80 por ciento en algunos conos, advirtió el decano del Consejo Departamental de Lima del Colegio de Ingenieros del Perú, Luis Mejía Regalado.
Mejía dijo que es urgente revisar el actual sistema normativo del sector, a fin de terminar con las ambigüedades que favorecen el incumplimiento de la supervisión por parte de las municipalidades.
«Hay un alto componente de autoconstrucción en la ciudad. Es gente que hizo su casita con un maestro de obras por un tema de costos y que, lamentablemente, no cuenta con supervisión de la municipalidad. Vive en la informalidad y en algún momento la municipalidad interviene y ya depende de cada uno hacer los cambios que se requieran. Son casas que muchas veces presentan problemas de estructura», advirtió.
La mayor cantidad de casas autoconstruidas se ubican en zonas populosas, distritos periféricos como San Juan de Lurigancho, San Martín de Porres, Comas, Villa El Salvador, los cuales tuvieron su origen en invasiones.
No obstante detalló que la informalidad se extiende en toda la ciudad, a tal punto que en los distritos más céntricos también se han generado problemas referidos a incumplimientos en la supervisión de obras.
«Tenemos 61 ingenieros que han pasado la evaluación para supervisores. Sólo tres municipalidades han tomado sus servicios: Miraflores, Magdalena del Mar y San Miguel», dijo.
Recomendaciones
La informalidad en la construcción genera inseguridad para la inversión que se ha hecho, además de un peligro latente para los que residen en las edificaciones que no siguen los patrones técnicos exigidos.
El decano del Consejo Departamental de Lima del Colegio de Ingenieros del Perú indica que las municipalidades deben contar con un área encargada exclusivamente de la supervisión de construcciones, con un proceso que combine no sólo el seguimiento de las nuevas edificaciones, sino también de las antiguas.
Advierte, además, la necesidad de generar una cultura de prevención de desastres a todo nivel, tal como se hace en muchos países del mundo.
Dicha tarea, indica, estaría en manos de los alcaldes, quienes son los responsables de transmitir a los ciudadanos las debidas previsiones a tomar en cuenta cuando se piensa en construir o modificar un inmueble.
vía Informalidad en construcción de viviendas llega a 40 % en Lima.