De acuerdo con el Ministerio de Salud, solo 32 establecimientos tienen autorización. Autoridades dicen que no controlan centros clandestinos por falta de recursos. Dueño del local incendiado el sábado declaró ayer ante la policía y fue detenido.
A dos días del incendio que causó la muerte a 26 internos del centro de rehabilitación Cristo es Amor y a un pintor que se encontraba en el lugar, las responsabilidades aún no han quedado establecidas. Para el ministro de Salud, Alberto Tejada, el problema de la informalidad en la creación de estos centros es un tema que escapa a la fiscalización de su sector, pues en la actualidad solo tienen la capacidad operativa para controlar a los establecimientos que han solicitado autorización.
“El Ministerio de Salud tiene la obligación de supervisar estos centros de rehabilitación cuando piden una autorización para funcionar. Desafortunadamente, dentro de esta cultura de la informalidad, abren estos establecimientos bajo la fachada de lugares de oración. Estamos bastante limitados para supervisar a los que se esconden y abren centros al margen de la ley”, señaló el ministro Tejada.
A la fecha, el Ministerio de Salud (Minsa) ha autorizado en Lima solo 32 comunidades terapéuticas, de las cuales siete están en el cono este, en distritos como San Juan de Lurigancho o Chosica.
Esta información fue corroborada por Pedro Cáceda, presidente de la Asociación de Comunidades Terapéuticas del Perú (ACTP), quien, además, reveló que el número de centros informales es mayor.
“La ACTP tiene 14 casas en Lima supervisadas por el Ministerio Público y el de Salud. Sin embargo, estimamos que en San Juan de Lurigancho hay alrededor de 50 centros informales que brindan este servicio. En la capital, esta cifra aumenta a más de 150”, agregó Cáceda.
CONTROL DE MUNICIPIOS
Según el Decreto Supremo 013-2006 del Ministerio de Salud, los concejos distritales deben regular que los establecimientos de salud y servicios médicos de apoyo reúnan las condiciones de seguridad. No obstante, el Concejo de San Juan de Lurigancho parece haber rehuido a cumplir esta función.
El mismo día del incendio, Juan Yuc, director del hospital municipal de ese distrito, mencionó que este local habría sido clausurados dos veces por la comuna. Sin embargo, a dos días de la tragedia, ningún funcionario de la municipalidad, ni el alcalde Carlos Burgos, aclararon la situación del centro Cristo es Amor.
El Comercio llamó ayer al teléfono del subgerente de Defensa Civil de ese distrito, Armengol Sánchez, para corroborar la información sobre las clausuras, y la respuesta que recibimos de una persona que no se identificó fue que Sánchez estaba en la playa.
Para el ministro Tejada, el trabajo con los municipios será una de las acciones que reforzará el Minsa para que la fiscalización llegue a todos los centros informales, que en muchos casos funcionan bajo la fachada de casas particulares y, por ello, dificultan su identificación.
“Hacemos un llamado a la acción de las autoridades locales para fiscalizar en aquellos lugares donde al ministerio se le dificulta llegar. Vamos a trabajar de forma más cercana con los gobiernos locales”, subrayó el titular del Minsa.
MUCHO POR ACLARAR
Peritos de Criminalística de la policía llegaron ayer al centro de rehabilitación para determinar las circunstancias en que se produjo la tragedia. Hasta el momento, los testimonios de los vecinos y los sobrevivientes hacen sospechar que fue una pelea entre dos internos del primer piso la que originó el incendio.
“Los que se pelearon eran del Callao, no eran gente de la zona”, dijeron familiares de Carlos Oré, víctima del siniestro. Uno de estos sujetos prendió fuego a un colchón, lo que provocó el desorden en el primer piso. Los internos gritaron ‘batacazo’, que significa intento de fuga.
La policía, sin embargo, sostiene que esa alerta de fuga llevó a un encargado del centro –Luis García López, hijo mayor del propietario– a cerrar con llave la única vía de ingreso al lugar.
EN PUNTOS
Al cierre de esta edición, de los 27 muertos por el incendio en el centro Cristo es Amor, 26 habían sido identificados. Uno permanece en la morgue como NN.
El Ministerio de Salud informó que en el hospital Hipólito Unanue hay 4 personas internadas. Fernando Alarcón Valle (48) permanece en la Unidad de Cuidados Intensivos por la gravedad de su caso. César Lara Eraso (47) y Heriberto Pérez Almonacid (20) reciben ventilación asistida en la sala de emergencias, mientras que Martín Genaro Martínez (34) se encuentra estable.
En el hospital Dos de Mayo están Mario Gavino Narváez y Anderson Alexander Flores, quienes sufrieron quemaduras de segundo y tercer grado.
En el hospital Arzobispo Loayza, del Cercado de Lima, se encuentra internado Julián Agurto Ángelo, quien sufrió quemaduras de segundo y tercer grado; y Richard Montoya Muñoz, quien presenta quemaduras de segundo grado en el 10% de su cuerpo.
vía Hay 150 centros de rehabilitación informales en Lima | Edición Impresa | El Comercio Perú.