La expansión económica de Lima ha estado marcada por distintos eventos entre los cuales destacan los cambios en su infraestructura. Pero se requieren mayores avances para que la ciudad crezca de manera sostenible.
Hoy la ciudad de Lima está de fiesta. En 484 años, y en particular en las últimas décadas, la población en la capital del Perú ha crecido vertiginosamente y con ella, su economía. Según datos del INEI, la producción de las diversas actividades económicas representa al 2017 el 45,9% del producto bruto interno (PBI) del Perú.
La expansión económica de la ciudad ha estado marcada por distintos eventos entre los cuales destacan los avances en su infraestructura. En la investigación de tesis titulada “¿Por qué Lima es la ciudad más grande del Perú?”, Álvaro Gonzalo Calderón detalla que cuando Lima fue fundada por los colonizadores españoles, en 1535, se estableció al puerto del Callao como una pieza clave para que la ciudad concentre los envíos hacia el país europeo.
Esta fue, entonces, la primera gran obra que dinamizó la actividad de Lima. Calderón precisa que, aunque no mantuvo su control sobre otros puertos, cimentó las bases para que la ciudad fuera privilegiada hasta las primeras décadas del siglo XX. Hoy el puerto del Callao es el sexto más importante de América Latina, según la Cepal. En esa línea, Omar Narrea, profesor de la Escuela de Gestión Pública de la Universidad del Pacífico, menciona que es necesario impulsar una política importante en la actualidad, a fin de reducir los costos del puerto, y reformas institucionales que permitan sostener el uso de la infraestructura.
EXPANSIÓN DE LA CIUDAD
El crecimiento poblacional de Lima fue vertiginoso a partir de 1920. En 1950, la ciudad tenía 1’006.837 habitantes, y para el 2000 pasó a tener 7’402.239. Al 2018, el 29% de la población peruana se concentra en la capital, en contraste con la participación de 4,7% que tenía en 1900.
Además de esto –y en línea con el aumento en la población–, en 1920, durante el gobierno de Augusto B. Leguía, hubo en Lima una política de construcción de avenidas y carreteras. Ello también impulsó el crecimiento de la ciudad en aquella época y caracterizó un momento de inflexión para la economía limeña, según Calderón, pero hoy es evidente que hizo falta una mejor planificación en el ámbito urbano.
“Las congestiones vehiculares que tenemos ahora en Lima generan pérdidas de productividad millonarias en la población. Dentro de la política económica de la ciudad es necesaria una organización espacial razonable”, indica sobre este punto el economista Enzo Defilippi. Para Narrea, la única solución para mejorar la productividad en la ciudad parte por poner el foco en infraestructura que modernice la ciudad y que tenga un mayor impacto en la población.
“Lima necesita infraestructura que modernice la ciudad, que le dé un legado y que le cambie el rostro a la ciudad. La infraestructura aislada no lo va a lograr”, puntualiza.